jueves, 15 de enero de 2009

Norma Marchetti


Ahora existen las pizarras que se pueden escribir con un marcador, pero antes era tiza, si ó si. Bueno, algunas profesoras por "coquetería", digamos, para que no se le rompan las uñas, tenían por costumbre, pedirle a alguien que escriba por ellas. En muchas ocasiones, esa persona era yo, que dicho sea de paso, siempre me gustó porque soy una docente frustrada. Lo malo de todo esto, es que después de llenar varios pizarrones, tenía que pedir que alguien me preste las hojas para pasarlas.
Otra desventaja de ser muy tranqui, era que en las horas libres, el preceptor (sobre todo en tercero), me pedía que le ayudara a pasar las notas de los boletines, datos de los alumnos. Abran pensado... "Ya que no hace nada... por lo menos que ayude".
Bueno, tampoco me volví la más divertida con el paso de los años.

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