domingo, 29 de abril de 2012

Martha Andrea Amato



 Respecto de la casa de la esquina quisiera comentar que estando en 3ero 1 era del tm en el año 1981, hicimos una excursión medio rara entre la escuela y la vieja casona. Si, tenían comunicación. En esa excursión estaban: 
*Viviana Scordamaglia, 
*Alejandro Pesagno, 
*Eduardo Bustos, 
*Un compañero apellidado Bianchi 
y otros compañeros de otros cursos. La mano vino así, la profe de gimnasia me da a mi para que guarde las libretas de inasistencias y demás cosas en el sucucho de los materiales. Detrás de un maremágnum de bolsas con materiales de todo tipo encontramos una puerta. Esa puerta tenia llaves y no recuerdo si fue esa vez u otra en que la conseguimos y decidimos explorar....Era oscuro, húmedo (Como la gran M) y daba a lo que en un principio era esa propiedad cuya salida estaba empedrada y que decían era la vieja cochera de una de las dos casonas (Una seria la escuela y la otra la casa vacía de la esquina) ademas se usaba para descarga de carros de leche y demás deliverys de época). 
 La excursión rindió sus frutos porque llegamos a entrar a la vieja casona de la esquina por sus sótanos. Polvorientos, sin luz, llenos de bichos y por las dudas no dimos mucha luz por temor a los roedores. Exploramos la casa y tenia lugares hermosos, había un gran salón con chimenea de mármol de Carrara y sin dudas los pisos eran de roble de Eslavonia. Fuimos a la cocina, mesadas increíblemente blancas y muebles de madera de verdad! coronando sus paredes, y a algunos cuartos que daban contra el fondo de la propiedad. Sin dudas estaba abandonado hacia años y se veían, increíbles espejos y arañas antiguas. De todos modos había restos de velas por aquí y por allá y en eso escuchamos ruidos raros y puff, nos fuimos pensando en fantasmas y cosas por el estilo. Salimos por el jardín de atrás a lo que seria la casa de los caseros, muertos de miedo pero sabedores de un misterio que por fin tuvo palabras. 
 Según me relato tiempo después una de las secretarias, Maria Angelica Garcia Laborde, el caserío de la esquina habría sido propiedad de la Embajada Alemana y allí se daba alojamiento a personas de esa embajada en los años 30 mas o menos. La razón de la conexión seria muy de uso europeo en donde varias casas compartían espacios comunes, (Los amenities de hoy!) como podía ser, la carga y descarga de los enseres cotidianos de ambas casas. En fin habría que buscar a alguien que busque el catastro original, o algún viejo vecino con memoria que debe tener la posta sino, bue, podemos seguir lucubrando historias de fantasmas, alemanes, húngaros, espías y embajadas aunque solo sea para poner en uso la imaginación de los lugares que nos vieron crecer allá por la adolescencia de los ochenta, con las botas blancas, las minis de cuero con flecos, las camperas infladas y Sui Generis y Almendra dando vueltas por los walkman que recién salían....


                                              Martha Andrea Amato

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